Opinión de un Regente
La Farmacia Académica y la Farmacia Real
Buen día
En 1946 Jorge Eliecer Gaitán dijo que existían que existían en Colombia dos países: uno político y otro nacional, el primero era indolente frente a los que le pasara al otro, me atrevo a tomar estas palabras y hacer un símil de nuestra realidad profesional, La Farmacia.
Por un lado hay una Farmacia que vive en las Universidades y en las Autoridades Sanitarias, esa es la que llamo académica, aquella donde se habla de Tecnología, de Gestión, de Asistencia y Atención Farmacéutica, y en donde muchos doctos interpretan la norma para luego practicarla en los hospitales de Alta Complejidad, para posteriormente compartirla con otros doctos en redes especializadas o en Congresos donde se traen expertos que ratifiquen lo que la Farmacia Académica ha dicho.
Y esta la Farmacia Real, aquella que conforman una red de más de 30.000. droguerías de barrio, otros tantos dispensarios y farmacias de entidades. Esta Farmacia cuenta con poca tecnología, la gestión es deficiente, la asistencia sobrepasa los límites del ejercicio y la atención farmacéutica no existe ya que solo está autorizada para los doctos, no hay actualizaciones y para las autoridades son solo estadísticas de requisitos.
Parecería que a la Farmacia Académica no le gusta compartir sus conocimientos con la Farmacia Real, posiblemente por que en estas últimas la realidad supera lo que ellos plantean en documentos. Ahí viene una inquietud ¿Porqué se llaman Droguerías y no Farmacias como en todo el mundo? Posiblemente para diferenciar incluso el recurso humano que labora en una y en otra.
La Farmacia Real es la más importante del país, aunque la Farmacia Académica le moleste que exista, pero sí, es en esa farmacia donde día a día acuden las personas en búsqueda no solo de productos, si no especialmente del servicio de salud, y lo sabe bien la Farmacia Académica, la Farmacia Real es la puerta de entrada al sistema sanitario, por eso no es comprensible que las dos no formen una sola, como debería ser.
Hay que hacer una claridad importante entre las dos farmacias, la Farmacia Académica se forma para esperar un salario, en la Farmacia Real hay que tener emprendimiento para salir adelante, la primera cree que su productividad está en el título, la segunda es activa tanto económica como socialmente. Esta diferencia es la que hace que la brecha entre ambas sea tan amplia.
¿Cuándo se separaron? Hace muchos años, cuando la Farmacia Académica consideró que sus títulos no eran dignos de la Farmacia Real y la abandonaron hacia otras actividades más encumbradas y posiblemente menos lucrativas, pero que dan estatus. Ese espacio en la Farmacia Real fue sustituido por personas que sin mucha academia tienen la base del ejercicio de la farmacia: La vocación de servicio.
Aunque muchos no lo recuerdan y otros no lo aprendieron, esa brecha entre la Farmacia Académica y la Farmacia Real se ha intentado disminuir con un recurso humano formado en gestión y administración para que la comunidad tuviese lo que necesita: una Farmacia Profesional, ese recurso es el Regente de Farmacia, y eso hace 45 años en la Universidad de Antioquia, pero como ocurrió hace tantos años, muchos de los Regentes olvidaron su compromiso con la Farmacia Real y siguieron las directrices de la Farmacia Académica, o sea de nuevo lo mismo…
Sin embargo no todo es tan malo como dicen los de la Farmacia Académica, que se rompen las vestiduras cuando en el amarillismo de la prensa muestran los errores de la Farmacia Real, muchos que pueden ser previsibles si no existiera dicha diferencia, y no es tan malo gracias a que esa Farmacia Real también sabe lo que vale, por eso muchos de los antiguos empíricos son además de Regentes de Farmacia profesionales en otras áreas, gran parte de ese aporte lo ha hecho Asocoldro durante los años que ha representado a esa Farmacia Real, una Farmacia mucho más dinámica que la Farmacia Académica debido a las exigencias del mercado que les requiere cada día nuevos y mejores servicios, e incluso en muchos casos mejor tecnificada y calificada.
La Farmacia Real avanza con la sociedad, es su motor permanente, es el compañero inseparable de la comunidad, el punto de referencia del barrio, el consejero sanitario e incluso sentimental.
Los escenarios son diferentes, mientras en la Farmacia Académica los títulos soportan su estatus, en la Farmacia Real el éxito comercial está ligado al éxito profesional. Para aquellos que piensan que la Farmacia Real está llena de comerciantes, les recuerdo que esta falla tiene su par en la Farmacia Académica, los burócratas. De todo hay en la viña del Señor.
No deberían de existir estas diferencias, deberían de existir una sola Farmacia y para lograrlo deben trabajar tanto la Académica como la Real, la primera impulsando espacios para profesionalización de la Farmacia, incluyendo el reconocimiento del Regente de Farmacia como el Farmacéutico Comunitario y el Auxiliar de Farmacia como base de la misma, y la segunda dando un cambio cultural a su ejercicio.
Además que las Autoridades Sanitarias, que son muy dadas a cumplir con la Farmacia Académica, comprendan la situación de la Farmacia Real, comprensión hacia el mejoramiento, hay temas que deberían de verse a la luz de la realidad, para la muestra tres botones:
- Dirección Técnica Nominal, a todo nivel
- Sistema de Gestión de Calidad en papeles, los diseña, desarrolla e implemente el Regente de Farmacia, pero debe verificarlos un QF, mucho de los cuales son nominales. (¿y donde no hay?)
- Atención Farmacéutica solo por QF, ¿Cuántos QF trabajan en la Farmacia Real, especialmente en Droguerías?
De esta división solo hay un perjudicado: La comunidad; en pleno siglo XXI, en Colombia el usuario debe soportar una Farmacia Real que trabaja con lo que puede, mientras la Farmacia Académica no comparte sus conocimientos.
Si comencé con un símil quiero terminar con otro: El Nombre de la Rosa de Humberto Eco.
Felicidades en el 2012
Fabio Alberto González
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Bogotá, enero 6 de 2012
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